Cometa Neowise, cuando a la tercera si va la vencida

El cometa Neowise sobre los cielos de Alemanía el pasado 14 de julio. Foto de Stefan Ziegenbalg

El 27 de marzo de 2020 el telescopio espacial WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer), perteneciente a la red de telescopios de la NASA, y dentro del proyecto de búsqueda de objetos cercanos a la Tierra, descubrió un nuevo cometa de magnitud 17 que finalmente fue denominado como C/2020 F3 NEOWISE.

Se trata del tercer cometa de importancia descubierto en los últimos meses. Los otros dos, el C/2019 Y4, conocido como ATLAS, y el C/2020, conocido como SWAN, en un principio parecía que nos iban a ofrecer un verdadero espectáculo celestial en nuestros cielos de mediados de años, pero tanto uno como otro sucumbieron a su acercamiento al Sol, el primero, ATLAS, rompiéndose en pedazos a mediados del mes de marzo, el segundo, SWAN, se destruyó a mediados de mayo.

Cometa SWAN, el pasado mes de mayo en el cielo de Namibia. Foto de Gerald Rhemann

Ambos cometas prometían adornar nuestros cielos nocturnos con un espectacular ejemplo de lo que un cometa de gran brillo y espectacular cola y coma, pero no pudo ser.

El cometa ATLAS, durante su desintegración al acercarse al Sol. Imagen: NASA, ESA, STScl  y D. Jewitt (UCLA)

Así que hemos tenido que esperar hasta la tercera vez, con la visita del cometa NEOWISE, para poder disfrutar, en este último mes de julio y en muchos lugares a simple vista, de esta curiosa y bella estampa en nuestras noches de verano.

NEOWISE empezó a destacar y mucho en nuestro cielo nocturno a partir del pasado día 3 de julio, cuando empezó a adquirir su mayor brillo, brillo que ha ido acompañándolo hasta hace pocos días, ya que a sido a partir del 15 de julio cuando comenzó a perderlo.

En un principio era fácilmente distinguible con prismáticos e incluso a simple vista en lugares con poca o ninguna contaminación lumínica, un poco antes del amanecer, sobre el horizonte del noreste. Poco a poco fue siguiendo su parábola hasta llegar al día 15 de julio, cuando era mejor buscarlo justo después del atardecer en dirección noroeste. Si bien su brillo no es tan intenso como a principios de julio, aún da un buen espectáculo nocturno para aquellos que, con paciencia y en lugares de noche oscura, se dediquen a su busca y captura.

Con un núcleo estimado de unos 2 kms., se trata de un cometa de periodo largo, con una órbita parabólica estimada en unos 6765 años, con lo que hay que aprovechar su visita, ya que la próxima vez, ninguno estaremos por aquí.

El cometa Neowise, el pasado 15 de julio. Foto de Israel Fernández

Actualmente, a fecha del 21 de julio, su brillo ha descendido desde la magnitud 7 hasta la magnitud 3, dificultando un poco su observación. Su coma también ha visto reducido su tamaño, y a pesar de todo, aún resulta observable en nuestro cielo nocturno. Algunas observaciones detalladas con equipos ópticos específicos han reportado que presenta una cola iónica, de color diferente al de la coma principal, dotándolo aún de más belleza. Su núcleo sigue mostrando un marcado tono verdoso.

El cometa Neowise, sobre los cielos de Antequera, el pasado 15 de julio. Foto de Juan Carlos Domínguez

Si todo sigue igual, llegaríamos al momento de su perihelio, o máximo acercamiento a la tierra, alrededor del 23 de julio, situándose a una distancia de 0,69 UA. de nuestro planeta, unos 103 millones de kms., y manteniendo una magnitud entorno al 3 o 3,5, permitiendo ser observado aún a simple vista si las nubes y contaminación lumínica lo permiten.

Para poder disfrutar de estos últimos días de su visita, lo mejor es  usar unos prismáticos o algún tipo de visor de aumento, como telescopios o teleobjetivos, buscar  la Osa Mayor y a sus pies debería de aparecernos el cometa. Su parábola pasará entre Leo Menor y la Osa Mayor hasta que deje de ser visible. Siempre localizar el Noroeste, su lugar en el firmamento nocturno.

La luna de fin de mes y su elevación sobre el horizonte harán que apenas sea visible hacía esta fecha.

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