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Luna creciente del 3 de junio de 2020. |
Llevo unos cuantos meses viendo por internet fotos de la Luna, pero a diferencia de como normalmente la vemos, en tonos blanquecinos y grises, en estas fotos la Luna tenía zonas de diferentes colores.
Siempre había pensado que estas fotos no eran reales, todos hemos visto muchas veces las fotos de los paseos lunares de las misiones de la NASA en nuestro satélite natural, y todos recordamos que el color que predominaba en estas imágenes era el blanco.
Todo esto me llevó a investigar un poco sobre el tema, y así descubrí que el material que cubre la superficie de la luna se llama "regolito", y es una sustancia polvorienta, muy similar al cemento, formada durante los continuos impactos de rocas espaciales contra la superficie de la Luna. Estos impactos levantaban una gran cantidad de material que se rompía una o otra vez, cada vez en trozos más pequeños, hasta convertirse en ese polvo fino que cubre por completo la superficie lunar.
Este "regolito" no se distribuye de forma homogénea por la superficie de nuestro satelite natural, sino que forma dunas, colinas, depresiones y el borde de los cráteres de impacto que jalonan toda la supercie de la Luna.
Bien, una vez explicado qué es este material, vamos a explicar el por qué, a veces, y bajo determinadas circunstancias, presenta colores diferentes. Cuando contra la superficie lunar choca una roca, esta impacta sobre la parte dura de la corteza de la Luna. Esta corteza está formada por diferentes materiales, con diferentes colores y durezas, muchos son de origen volcánico, como el basalto, el más abundante (nuestro satélite natural tuvo hace millones de años actividad volcánica), es de colores oscuros, y otros, como la armalcolita, un óxido de titanio con hierro y magnesio que forma cristales opacos, denominada así en honor a los tres astronautas del Apolo 11 (Armstrong, Aldrin y Collins), cuyo color va del blanco al gris.
Todo esto hace que halla zonas de diferentes colores a lo largo de toda la superficie lunar, y estos son los colores que yo quería ver si se podían observar en nuestras fotografías.
Para ello, obtuve una serie de fotos de la Luna, es los primeros días de junio de 2020, aprovechando que uno de los efectos de la pandemia del covid ha sido que la atmósfera terrestre se ha quedado muy limpia.
Usando mi cámara principal, una Canon EOS 5D Mark III, junto con un tele Tamron 150-600 G2, y disparando a 600 mm., con unos valores de 1/750s, ISO 200 y F/8, conseguí varías imágenes particularmente nítidas, con las que tendría un buen comienzo para el trabajo de edición.
Cargué las imágenes en photoshop, y una vez seleccionada la más nítida, la edité, a fin de sacarla un poco más de detalle, corregir enfoques, blancos y grises, y reducir algo de ruido, así como enfocarla un poco con la opción de enfoque suavizado.
Una vez conseguida la imagen deseada, la abrí en photoshop, como capa, y pasé a duplicarla, para trabajar con la capa inferior, mientras ocultaba la superior.
A la capa inferior, le apliqué una saturación de 40, en un primer momento, comprobando que la foto permitiera seguir trabajándola sin deteriorarse mucho. Luego, otro ajuste de saturación al 30, y finalmente, otro más al 20...
Con todo ello, conseguí unos colores bastante interesantes en varias zonas del "regolito" lunar, aunque se había deteriorado un poco del detalle y la nitidez de la foto.
Para corregir este deterioro, puse la capa superior visible, y le otorgue estilo de LUMINOSIDAD, consiguiendo un buen equilibrio entre la foto original y la del recolito con colores.
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