Hace unos años, intrigado por la forma en que la luz interactuaba con la fotografía, sobre todo nocturna, estuve un tiempo investigando por la red sobre técnicas y artilugios usados en algunas fotografías que habían llamado mi atención.
Gracias a esta búsqueda, descubrí un taller en el Torcal de Antequera, un mágico enclave, que si de día da mucho juego para la fotografía, de noche se torna es un escenario surrealista y misterioso donde dar rienda suelta a la imaginación, fotográficamente hablando.
Este taller lo impartía un tal "El niño de las luces". Su nombre me resultó primero gracioso, y luego, curioso, así que busqué información sobre él, y lo que descubrí me dejó pegado a mi asiento... en pocas palabras, PURA MAGIA DE LUZ.
Sus trabajos son muy variados, pero en todos predomina un dominio y conocimiento de la luz y la forma de crearla como pocas veces he visto, así que me apunté al taller, y no sin muchas aventuras (de Málaga a Antequera en bus, de la estación de autobuses, al "cuartel general" donde pernoctaríamos, era un fin de semana entero, en taxi, etc.)
El fin de semana dio para mucho, ya que empezábamos a eso de las 7 de la tarde y acabábamos sobre las 4 de la mañana, el último día algo antes, porque el frío que hacía en el Torcal era espectacular, y más teniendo en cuenta que era pleno verano, pero sobre todo ese fin de semana conocí a una persona sin par, un gran amigo, un gran aventurero y un gran docente, de modo que cuando he podido repetir en algunos de sus numerosos talleres, lo he hecho con los ojos cerrados.
Si teneís oportunidad de acudir a alguno de estos talleres, no os defraudará.
El niño de las luces
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