Quedada de pintura de luz y nocturnas en la vieja cantera de Maro

Vista de una de las zonas de vehículos abandonados en la cantera.

El pasado verano, después de mucho tiempo, unos cuantos amigos del grupo decidimos salir a practicar algunas de las técnicas de pintura de luz que una y otra vez hemos visto en las redes sociales.

Se trataba de técnicas de pintura de luz, con hilo de neón, fibra óptica, lana de acero, iluminación selectiva de elementos, y alguna que otra cosilla más que nos surgiera.

Un amigo del grupo nos comentó que había una vieja cantera de áridos abandonada en las cercanías de Maro, y por lo que nos indicaba, había varios vehículos abandonados, y claro, una oportunidad como esa no se podía dejar sin aprovechar.

Durante unos días estuvimos estudiando el sitio, viendo algunas fotos y mirando y repasando las técnicas y fotografías que nos podrían venir bien para realizar nuestra quedada.

El lugar tiene un acceso un tanto complicado, el carril es terrizo, y está bloqueado por un impresionante bulldozer que ha vivido tiempos mejores.

Cuando llegamos allí, nos encontramos un paisaje que daba mucho juego para nuestro tipo de fotografía, con numerosos camiones Pegaso abandonados, orugas, excavadoras, volquetes, instalaciones y un pequeño coche de rally.

Aquí os dejo algunas fotos de día, para que veáis el antes y el después de aplicar un poquito de magia de luz.

Un viejo Pegaso Comet.

El pequeño coche de rally.

Lo primero que hicimos fue recorrer el lugar para familiarizarnos con el terreno, ya que no lo conocíamos y de noche tenía toda la pinta de que había que moverse con mucho cuidado, porque el terreno era bastante irregular, había zanjas, rocas enormes, un tajo bastante profundo al oeste de la cantera, y mucho escombro y hierros y chatarra por todas partes.

Decidimos dedicar nuestros primeros esfuerzos al viejo Comet. Había como media docena, pero este, un poco hacía el interior de la cantera, era el que tenía mejor aspecto, y pensamos que nos daría más juego, como así fue.

Estudiamos su ubicación, y nos colocamos a varios metros del frontal, ya que veíamos que era el encuadre más favorecedor, y una vez listos, hicimos varias pruebas de luz, tiempo, intensidad y colores, hasta que nos decidimos por esta combinación que veis aquí abajo.

El viejo Comet decorado con la pintura de luz.

Después de varios intentos, con los que mejoraba el resultado cada vez más, llegamos a la foto que todos buscábamos (os recuerdo que era la primera vez que realizábamos este tipo de fotografía, así que el sistema de prueba y error era más que necesario).

Cuando acabamos con el Comet, hicimos una pausa para la cena, amena y distendida, y durante ese tiempo, decidimos entre todo lo siguiente que ibamos a intentar.

Un poco más adelante de donde estaba el Comet, había una explanada, yerma, muy amplia, que pedía a voces un poco de lana de acero, y esa fue nuestra siguiente foto.

Lana de acero.

Lana de acero, con modelos.

Hicimos tres o cuatro intentos, creo recordar, para ver que intensidad de giro le venía bien, y donde colocarnos para conseguir el mejor efecto. Una vez todo ajustado, hicimos un versión sin modelos y otra con los integrantes del grupo de la quedada.

Después de la lana de acero, volvimos sobre nuestros pasos buscando el pequeño coche de rally, ya teníamos más o menos en mente que íbamos a hacerle, un podo de luz interior, algo de rojo en los bajos, toquecito de luz externa rebotada y un personaje silueteado con fibra óptica. Dos o tres pruebas más tarde, creo que logramos lo que queríamos.
El demonio de la carretera.

Ya acercándose la hora de marcharnos, no quisimos dejar sin visitar el impresionante volquete que nos recibe al poco de entrar en la cantera. Es un vehículo enorme, y está colocado al borde de un socavón enorme que no deja moverse con tranquilidad a su alrededor para iluminarlo con comodidad. No obstante, el vehículo merecía toda nuestra atención, así que charlamos sobre las posibilidades que teníamos. Un poquito de luz rebotada, un par de luces fijas rojas en cabina y hueco de motor, y un barrido de luz roja por las llantas, y conseguimos otra espectacular foto.
El viejo volquete.

Al final, creo que todos salimos más que satisfechos de la cantera, que como ya intuíamos, nos dio muchísimo juego, y porque no, nos quedamos con ganas de volver y mejorar un poco nuestras fotos. Pero esto, amigos, ya queda para otra entrada del blog.

Espero que os hayan gustado las fotos.

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